Vete - Marlango
Ayer te eché de menos. Es un poco ridículo porque en esta nostalgia no hay nada de poéticamente interesante, ni siquiera un hueco en el corazón que haga falta curar. Tenemos buenas relaciones, lo sabes. Lo años que pasamos juntos ya hacen parte de mi código emocional. Pero ayer estaba tumbado en el sofá, un poco fumado, y igual la ausencia de huesos y de compañía y la peli rodada en Madrid que ponía la tele me llevaron otra vez hasta ahí. Mira, te aviso que estoy muy bien en Lisboa, que por fin descubro algo aquí que me pone la sangre curiosa y se próximamente me hacen uno de esos cuestionarios de verano, responderé que sí a la pregunta: eres feliz?
Pero también sabes que me gustaría estar en muchos sitios al mismo tiempo (leí demasiados comics de super héroe en niño?)Te echo de menos: la inquietud caliente de la calle Espíritu Santo, cuando llegaba de correr por el Parque del Oeste, y cruzaba las terrazas con copas llenas de hielo y voces jóvenes y piernas sedutoras. Y Maria y Quique y Zé y Marta Y Álvaro Y Kiko y Vasco y Alex y Vero y el señor Ruso - una família intera. Es verdad que muchas veces me jodiste (yo me jodi). Pero me gustaria llegar otra vez al Rincon, solo, al final de la tarde, cuando el sol aparece y desaparece en las estrechas calles de Malasaña, y esperar que lleguen, uno a uno, los miembros de mi familia madrileña. En sério, te echo de menos.
2 comentários:
ai.. apesar de estar feliz... ¡qué triste!
Yo también te echo de menos...Y, como la más madrileña de tu familia urbana, creo que puedo afirmar que Madrid te extraña.
Besitos, hermano
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